sábado, 29 de mayo de 2010

Abordando suenos!



El sueño de años de mi esposo; Matt y el mío... se hizo realidad el día que firmamos el contrato de compra de nuestro velero al que bautizamos con el nombre de “Endurance” que significa resistencia, fuerza, el ir mas allá de lo posible. Una embarcación que nos llevaría junto a mis dos hijas a recorrer parte del mundo de manera poco tradicional, o sea por las costas. Después de una búsqueda tenaz y desafiante en términos emocionales y financieros encontramos a “Endurance”. Emocionales porque iba más allá de mi comprensión y atentaba contra la estabilidad y la seguridad que da una casa, un automóvil, un trabajo, tierra firme. ¿Cómo es posible que siendo tan jóvenes dejemos de trabajar y nos vayamos de viaje? ¿Cómo es posible vivir con recursos limitados de agua, de luz? ¿Cómo es posible meter a la familia y nuestras cosas en un espacio tan pequeño? ¿Cómo es posible hacer una pausa tan larga en nuestras profesiones? Estas y muchas otras inquietudes me hacían dudar de tal atrevida aventura. Financieras; porque ahora deberíamos vivir con un presupuesto limitado y que en términos prácticos, estando en menos por un año. Además, ¿Qué pasaría después? ¿Debemos empezar nuevamente de cero, buscando empleo? ¿Sin ahorros?, sólo una pequeña pensión que posiblemente usaremos pasado los 65 anos. etc. La idea me parecía increíble, lo quería de verdad, pero mi escepticismo era gigante.


Tres fueron las consideraciones (además de un grado de estupidez) que nos impulsaron a tomar la decisión de llevar el sueño a cabo

  • La economía del EEUU se desmorono y con ello las empresas constructoras se vieron tremendamente afectadas. Por años, mi esposo permaneció en la industria con éxito y dada la sucesión de eventos del país sabíamos que vendrían tiempos difíciles para nosotros. Si nos quedábamos a la espera de un mejor año veríamos como nuestros ahorros y sueños se consumían con angustia. Es así es que decidimos que las condiciones estaban dadas para ejecutar nuestros planes y ver nuestros ahorros consumirse, pero esta vez con satisfacción o mejor dicho con alegría.

  • La edad de nuestras hijas, Samantha de 7 y Trinidad de 4. Si bien puede que no recuerden mucho de los lugares que visitamos, no hay duda que el mundo se les abre y el impacto en sus personalidades será enorme. Cultura, idioma, tradiciones, la relación de familia, la simplicidad de las cosas, la vida marina, la geografía, las comidas, la pobreza, los contrastes, etc.



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    • La edad de nosotros, Matt en sus 40 y yo de 38, Si bien no tan jóvenes como nos gustaría, un año no es nada. Aun podemos reconstruir nuestras finanzas, las energías nos sobran para explorar, para vivir sin lujos y quien sabe que oportunidades nos depara el resto de nuestro viaje.

    Más aún, la necesidad de hacer algo diferente, de pasar tiempo con nuestras hijas cuando ellas lo necesitan y lo quieren era irresistible.

    El 10 de Noviembre después de muchos preparativos pusimos nuestro últimos bolsos, con lo mas imprescindible (termino relativo entre Matt y yo) cerramos la camioneta, las puertas de la casa y nos dirigimos a California donde se encontraba “Endurance”. Mi primer shock y desastre emocional fue al llegar al barco y ver que mi walking-closet se reducía a un compartimento de 5x20 cms que además debía compartirlo con un taladro, clavos, cuerdas, salvavidas y sopas. La cocina; con mesones largos, un refrigerador de dos puertas con hielera, 2 hornos, lavadora de platos se redujo a otro par de hoyos, una cocinilla de dos platos un hornito y ahora se llama “galera”, El baño con tina, ducha amplia con agua caliente, alta presión de agua ahora se reducía a una media ducha, o sea, un pie adentro y otro afuera en que las duchas (escasas) serian por etapas. Fue en ese momento que comprendí que no viajábamos en crucero, que esas imágenes no las imprimen en las revistas y que el lujo de este viaje era solo de ámbito espiritual.

    Esa noche dormí en el desencanto, pero al despertar algo sentí que estaba bien, tuve tanta fuerza que logre ver como se agrandaba el espacio, como cada cosa iba tomando lugar, como Matt sacaba sus herramientas del compartimento y como el barco me empezó a parecer mas hermoso, me sentí tan afortunada de estar en esta posición, disfrute cada minuto que estuvimos en San Diego, ahora sentía que acampábamos con un fenomenal estilo.

    Estuvimos un mes y algunos días en San Diego preparando el barco para salir, asegurándonos de tener todos los equipos de seguridad en su lugar. Hicimos programas de trabajo para asegurarnos tener todos los temas cubiertos. Nos abastecimos de alimentos, repuestos, libros para las niñitas, juguetes ad-hoc, suficiente material para manualidades, ropa, guías de navegación, equipos de snorkel, cámaras de video y fotográficas e incluso un par de kayaks para no perder oportunidades de interactuar con el mar. Fue bastante trabajo y hasta el día antes de salir yo le pedía a Matt que nos quedáramos un día mas para comprar un ítem adicional que nos podría hacer falta.

    Hubo mucho que no pudimos traer, hubo mucho que trajimos y no debimos. La determinación de Matt no deja de admirarme, sus fechas fueron precisas no me permitió extender la estadía en San Diego. A las dos de la mañana, el 15 de Diciembre sentí el motor de partida y las maniobras para salir del puerto. A las 6 de la mañana asomo mi cabeza por la escotilla para ver el amanecer y la costa de México en el horizonte. Con eso se acababa el stress de la preparación y ahora sentíamos la ansiedad de descubrir todo lo que se nos presentaría.

    6 Comments:

    Bridge Financial said...

    Paula lindas sus fotos y los lugares que han recorrido, es muy agradable disfrutar de su travesía con sus fotos y relatos. Que Dios les bendiga y sigan disfrutando

    Unknown said...

    Pauli, me emocionaste hasta el fondo de mi corazón, encuentro maravilloso lo que has logrado junto a tu familia, admiro muchisimo esta aventura que estan viviendo, es espectacular poder acompañarte a través de las fotos y de los lindos relatos que escribes. Espero seguir con ustedes en forma virtual su viaje y disfrutar algún día de vuestro regreso, un abrazo grande..cuidense mucho...Macarena Fernández.

    Unknown said...

    Paula
    que emocionante todo lo que relatas!!!...te encuentro lejos la mujer mas aperrada que conozco y seguiré disfrutando de esta aventura espectacular que iniciaron.
    Gracias por compartirla!
    un abrazo

    Unknown said...

    Que espetacular aventura, mejor aún ver que todo va sobre ruedas (o sobre olas), creo que no pudo ser una mejor elección de vida, ciertamente como familia saldrán fortalecidos a más no poder, y de chiripa, todo lo que conocerán y vivirán.
    Un abrazo enorme, y mis deseos de buenos vientos para Tí, Matt y las Niñitas.
    Roberto
    "Flash"

    Paula Beemer said...

    Gracias amigos mios! me inspiran a seguir publicando! Abrazos!

    Unknown said...

    Paula
    No te imaginas cuanto te admiro, tienes una personalidad increible en la forma de tratar las personas, en el el poco que conocio esta Panameña la concidere una exelente amiga, las puesrtas de mi casa estaran abieras para cuando quiera regresar....saludos a Samy, Trini t Matt.